El Gran Dilema Humano

“El cuerpo humano, viviendo entre la mejor oferta de recursos para mejorar la salud que ha habido en toda la historia, se ha vuelto débil, disfuncional y físicamente analfabeto” – Frank Forencich

Para entender el gran desafío al que nos enfrentamos hoy en día en el ámbito de la salud, quiero que visualices un tigre en su hábitat natural salvaje. Toda su anatomía y fisiología se ha desarrollado para adaptarse a ese entorno natural donde caza, sobrevive, se reproduce y juega.

Ahora imagínate ese mismo tigre en el zoológico. A lo mejor lo has visto alguna vez o puede que hayas visto otro animal salvaje fuera de su hábitat, encerrado en una jaula o similar. ¿Qué crees que le ocurre a ese animal? Su conducta va a cambiar, va a estar más decaído, puede que se le caiga el pelo o no quiera comer, puede que acabe infértil o incluso que llegue a dañar a sus crías. Estos trastornos físicos y de conducta también se dan en animales que han nacido en cautividad y que nunca han vivido en su hábitat natural.

Al igual que otras especies, cada detalle de nuestra anatomía humana, fisiología y psicología está diseñado para sobrevivir en un hábitat salvaje, natural y al aire libre. La parte del genoma humano que determina nuestra base anatómica y fisiológica ha permanecido relativamente sin cambio en los últimos 40,000 años. Sin embargo,  hoy en día vivimos en un hábitat muy diferente y alejado del medio natural en el que estuvimos millones de años. Podemos decir que para hacernos la vida más cómoda nos hemos construido nuestro propio zoológico humano y estamos sufriendo las consecuencias de ese cautiverio.

Este artículo explica el desajuste evolutivo, un concepto en el campo de la biología evolutiva que explica como el salto al nuevo modo de vida se ha producido de manera muy brusca y nuestra biología no han sido capaz de adaptarse. Esta discordancia se ve reflejada en la condición en la que se encuentran nuestros cuerpos: sufriendo enfermedades causadas por el estilo de vida, con amnesia sensorio motora, atrofia física de no moverse lo suficiente y la amplia variedad de trastornos psicológicos que pronto serán la primera causa de discapacidad.

Estamos viviendo la época más avanzada en la historia de la humanidad, pero parece que aún no hemos encontrado la solución a esta “crisis”.

Al final del artículo explico la experiencia personal que impulsó el nacimiento de Movimiento Summa.

La Visión Global y el Concepto del Desajuste Evolutivo

Cuando se tratar de mejorar la salud es esencial que pongamos la situación en contexto y entendamos la visión global del desafío al que nos enfrentamos.

El desajuste evolutivo es un concepto en la biología evolutiva que hace referencia a que los rasgos que evolucionaron en un organismo en un medio ambiente puede ser una desventaja en un entorno diferente. Este cambio puede ser temporal (el cambio del entorno existente con el tiempo, por ejemplo, un cambio climático) o espacial (la colocación de los organismos en un nuevo entorno).

La revolución neolítica produjo cambios evolutivos significativos en los seres humanos. Hace aproximadamente 10.000-12.000 años, hicimos la transición de cazador-recolector al estilo de vida agrícola y a partir de ahí cambió de forma rápida y drásticamente la manera en que los seres humanos interactúan con el medio ambiente. Los cuerpos humanos habían evolucionado para adaptarse a su estilo de vida anterior de forrajeo y el lento ritmo de la evolución en comparación con el ritmo muy rápido del progreso humano, hizo que estas adaptaciones perduraran y se volvieran obsoletas. Ahora nos encontramos con rasgos de inadaptación o no coincidentes.

Podemos decir que estamos viviendo un desajuste debido a nuestro cambio radical de hábitat. Se trata de una discordancia evolutiva ya el salto a este nuevo modo de vida ha sido muy brusco. 

Esta discordancia se ve reflejada en la condición en la que se encuentran nuestros cuerpos:

  • 9 de cada 10 humanos mueren a causa de enfermedades no transmisibles, mayormente relacionadas con el estilo de vida (insuficiente actividad física, alimentación no saludable, consumo de tabaco y alcohol, falta de sueño y estrés)
  • Vivimos ante una epidemia de adicción a los fármacos, opiáceos y ansiolíticos.
  • Cada año aumenta el número de personas afectadas por trastornos mentales como la depresión, ansiedad, adicciones, trastornos alimenticios y fobias.

Todos estos son prácticamente problemas de adaptación.

El humano ha ido perdido su riqueza de movimiento de manera acelerada desde la revolución industrial.

Los Rasgos de Inadaptación en Detalle.

Antes nuestro mayor desafío era la exposición al medio natural, luego llegó la agricultura, las plagas y enfermedades. Conseguimos resolver eso y ahora, en los últimos 100 años, el mayor desafío para nuestra salud es nuestro estilo de vida. 

Veamos esto en más detalle:

ESPACIO FÍSICO Y MOVIMIENTO. Hemos construido casas, edificios y estructuras para aislarnos del mundo natural. Podríamos haber integrado muchos más elementos naturales y formas no lineares en nuestras ciudades que nos invitaran a movernos más a menudo. Pero en su lugar, hemos construido lugares para desarrollar el intelecto y nuestro cuerpo vive en espacios que promueven una existencia sedentaria. Vivir demasiadas horas sentado se ha convertido en una patología y nuestra obsesión con el confort nos ha llevado a tener un cuerpo que no se adapta bien a los cambios externos. 

«Con la naturaleza humana enjaulada en un estrecho espacio, batida diariamente hasta la sumisión, ¿cómo podemos hablar de sus potencialidades?» – Emma Goldman

En el zoológico humano existen unas normas sociales de cómo debemos movemos. A los 6 años nos sientan en la silla y hay que estarse quieto. Hemos diseñado sitios específicos en horarios específicos donde si podemos movernos mas libremente, pero dentro de esos espacios también hay conductas y normas sociales no escritas de cómo moverse e incluso de quién debe moverse cómo. Las mujeres a yoga, pilates o aérobic, los hombres a crossfit y musculación y los mayores a gimnasia de mantenimiento. Por supuesto que nada está prohibido, pero no hace falta. Las conductas y roles sociales ya están programadas en nuestra psicología desde pequeños y estamos expuestos a recordatorios constantes.

No entendemos hasta que punto nos hemos autolimitado para conseguir ese confort con el que nos hemos obsesionado.

La riqueza y gran variedad de movimientos que laten dentro de nuestra biología se han visto extremadamente limitados en la sociedad moderna. Hasta el punto de perder la manera eficiente de llevar a cabo los movimientos más cotidianos como sentarse, agacharse, coger peso y caminar. La rápida degeneración de la columna vertebral y dolencias de espalda relacionadas con malas posturas y malos patrones de movimiento afectan a casi toda la población.

Hemos creado una sociedad donde no tenemos permiso para movernos. Sentarse en el suelo esta mal visto, el suelo es sucio y primitivo, el colgarse de la barra del metro es raro, el jugar en el parque infantil es de gamberro o desobediente, el hacer unos estiramientos esperando el autobus es de rarito.

«La búsqueda de la normalidad es el último sacrificio del potencial.» – Faith Jegede

Los efectos transformadores del movimiento físico son raramente considerados como un elemento integral en nuestra calidad de vida. Nos empeñamos en ver la actividad física como algo que añadimos a nuestro ya ocupadísimo calendario y pensamos que eso es suficiente. Pero nuestro organismo necesita movimiento regular y variado a lo largo del día en lugar de pasar de largas horas en posturas sedentarias y luego darse un atracón de ejercicio durante una hora.

Hay que pensar mas en términos de movimiento y no tanto de ejercicio y organizar nuestras vidas de manera que nos tengamos que mover más.

«El Movimiento Natural siempre ha sido y siempre será una eterna necesidad biológica.” Erwan Le Corre

Pasamos un alto porcentaje de nuestra vida sentados.

RITMO CIRCADIANO.  Nuestra experiencia de luz y oscuridad está en nuestra primitiva fisiología, pero muchos ignoran su reloj biológico y lo perturban con luces artificiales. Patrones de sueño saludables son muy infrecuentes.

Los ritmos circadianos son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo.

NUTRICIÓN. Ya no consumimos alimentos de nuestra área geográfica ni estacionales. Esto hace que tengamos una inmensa y variada oferta de alimentos que facilita el comer más de lo que necesitamos. Además está todo el tema de alimentos procesados, azúcar añadida y grasas trans. Muchos alimentos están sobre cargados de sabor adictivo: super dulce, super picante, super salado, y en comparación los alimentos naturales tienen un sabor aburrido.

EXPOSICIÓN A BACTERIA. En espacios naturales entramos en contacto con tierra y bacteria beneficiosa para la salud. En el mundo moderno vivimos desinfectando nuestros espacios continuamente.

RELACIONES SOCIALES. Ya no vivimos en tribus de 150 personas, que es a lo que están diseñados nuestros cerebros. Ahora tenemos grupos cercanos muy pequeños y grupos enormes virtuales a través de las redes sociales. Aunque parezca que estamos conectados, una relación virtual es un pobre sustituto porque le falta el circuito de resonancia cerebral o resonancia límbica que se logra con la comunicación cara a cara. Nuestro cerebro necesita esa interacción social real con otras personas para una salud emocional duradera.

EXPERIENCIA SENSORIAL. A lo largo de toda nuestra historia hemos tenido una experiencia muy sensorial: descalzos, con la piel expuesta a los elementos, y con mucha habilidad kinestésica. Ahora los espacios donde habitamos tienen una temperatura constante, todo es suave al tacto, cubrimos nuestros pies constantemente y no entramos en contacto con el mundo natural a través de nuestra piel. Enfocamos nuestra visión a objetos cercanos durante horas y casi no estimulamos nuestra visión panorámica para observar nuestros alrededores.

POLUCIÓN SONORA Y VISUAL. La constante exposición a ruidos mecánicos no naturales y al sobre estimulo visual de colores que hacen que en comparación estar en la naturaleza sea aburrido.

ESTADO DE ESTRÉS CRÓNICO. Vivimos en un estado temporal y en un constante “No tengo tiempo”.  Cognitivamente, siempre estamos planeando, organizando, clasificando, pensando. El sistema nervioso simpático continuamente activado como si estuviésemos constantemente bajo ataque. En la naturaleza el simpático se activa solo en situaciones de supervivencia y enfrentamiento a un peligro. Lo normal después de esa situación es llegar a casa, contar la aventura y relajarse. Sin embargo, la realidad del mundo moderno es que vivimos en una situación constante de estrés debido a situaciones reales, pero también imaginarias (miedo y preocupaciones sobre lo que pueda pasar). Y si no fuera poco, las noticias mundiales nos llenan el día con historias tristes, violentas, miedos y catástrofes.

No todo es catastrófico

No podemos tomar la posición de víctimas y echar la culpa de todo a la sociedad moderna. Tampoco podemos romantizar el pasado o tomar una postura de nosotros contra ellos. 

Este Gran Dilema es conocido ya en toda una comunidad de neurocientíficos, entrenadores físicos, fisioterapeutas, biólogos y otros profesionales que están desarrollando ideas y soluciones para ayudar a la humanidad a hacer frente a este reto.

El deseo de volver a la naturaleza y cómo nace Movimiento Summa

Lo interesante de todo esto es llevarlo a plano práctico y entender cómo nuestros hábitos y el ambiente que nos rodea influye en los diferentes aspectos de nuestra biología. No tanto desde un punto de vista teórico o mental sino de sentir lo que ocurre en nuestro cuerpo.

Personalmente, cuando vivía en la ciudad, me acuerdo que sentía muchos de estos detalles pero no era consciente de esta visión global. Metida en una oficina 8 horas notaba cómo el aire acondicionado resecaba mi fosas nasales y mi garganta, el dolor de ojos al tener que reajustarme a la luz natural cuando salía del edificio, la sensación de monotonía caminando continuamente por superficies lisas y duras, el no poder encontrar una postura cómoda sentada en la silla. En ocasiones sentía ansiedad porque pensaba que no iba a poder llegar al final de la jornada laboral – mental y físicamente.

En general me costaba mucho enfrentarme todos los días a la monotonía de las superficies, los ruidos, los mismos trayectos de ida y vuelta y los mismos pasos dentro de la oficina, los mismos movimientos del día anterior. Para romper esa monotonía de la semana, me gustaba salir a alguna zona natural a caminar o montar en bici. Eso me daba una sensación de amplitud, placer y paz. Es un sentimiento común que todos tenemos al entrar en contacto con la naturaleza.

En el medio natural ninguna superficie es lisa, ningún ángulo es recto, los olores no son fuertes, los sonidos son armónicos en lugar de ruidosos o mecánicos. Sientes que existe una inmediata conexión de tu cuerpo con ese espacio natural. Esta sensación de placer que sentimos cuando estamos en la naturaleza ya la han estudiado numerosos científicos. Por ejemplo, este estudio de la Universidad de Michigan concluyó que la experiencia en la naturaleza reduce el cortisol (hormona del estrés) un 21,3%, comparado con su descenso nocturno del 11,7%. Y que el mayor descenso se produce entre los 20 y 30 minutos de entrar en contacto con la naturaleza.

Numerosos estudios han demostrado el efecto positivo que tiene el medio natural en nuestro estado físico, mental y emocional. Aunque hemos pretendido separarnos del medio natural y nos hemos convencido que vivir en contacto próximo con la naturaleza es incivilizado y primitivo, no podemos negar que toda nuestra biología esta estrechamente ligada al medio natural.

Volviendo a mi vida urbana, he de decir que no solo me escapaba a la naturaleza, también utilizaba la interminable oferta de entretenimiento nocturno y diurno que ofrece la gran ciudad. Fiestas, conciertos, restaurantes y demás eventos que ayudan a evadirse de la monotonía semanal y a provocar ese chute artificial de bienestar tremendamente adictivo.

En realidad, no era más que otra persona más trabajando, disfrutando y sufriendo los altibajos típicos de la vida en sociedad. Pero eventualmente algo muy profundo y tremendamente instintivo me impulsó a dejar la ciudad y comenzar una vida en el entorno rural rodeada de naturaleza.

Ha sido viviendo en contacto diario con el entorno natural cuando me he dado cuenta de lo que me ocurría en la ciudad. Descubrir el concepto del desajuste evolutivo ha dado sentido a muchas de las observaciones y sensaciones que experimentaba con mi estilo de vida urbanita y me ha ayudado a cambiar hábitos y mi relación con la alimentación, el sueño y el movimiento.

Movimiento Summa nace de esta experiencia personal de querer volver a conectar con el medio natural, con hábitos que potencian la experiencia humana, la vida en pequeña comunidad, con un sistema de alimentación sostenible y una práctica de movimiento que es amplia, variada y respeta el cuerpo y sus ritmos.

No estoy para nada convenciendo a nadie a mudarse de la ciudad al campo. Aquí simplemente narro mi experiencia y decisiones basadas en circunstancias personales.

Con este artículo pretendo dar una explicación al rápido deterioro de la condición física que está ocurriendo globalmente con una visión general. Es una llamada a la reflexión y a la escucha consciente del cuerpo para poder ver las paredes de la jaula y comenzar a hacer los cambios necesarios para enriquecer tu experiencia humana.

Patricia Villa